viernes, 12 de abril de 2013

Monasterio de la Santa Cruz de Casarrubios del Monte

Hoy, viernes segundo de Pascua, contemplamos el Misterio de la Santa y Vivificante Cruz de nuestro Señor Jesucristo. Son muchos los Monasterios que se han puesto bajo su protección, y se honran con ese nombre salvador. Uno de ellos es el Monasterio Cisterciense de la Santa Cruz de Casarrubios del Monte. Se encuentra al sur de Madrid, en la provincia de Toledo. La vida de la comunidad gira en torno a la oración, ya sea en la celebración del Oficio y en la contemplación de la Palabra de Dios, y del trabajo, del cual se sustentan. Siguen así, con creativa fidelidad, la mejor tradición cisterciense, viviendo a la sombra de la Santa Cruz.


 Su historia nos la cuentan ellas mismas, en su Web:

El Monasterio fue fundado por el matrimonio D. Alonso de Ojea y Dña. María Rodríguez, ambos naturales de Casarrubios del Monte, de noble estirpe y muy piadosos. Se vieron obligados a viajar a Valladolid en el primer tercio del siglo XVII para seguir un pleito que tenían con el Conde de Rivadavia. 

Se domiciliaron cerca del monasterio femenino cisterciense de Santa Ana, cabeza de la Reforma Recoleta. Fervientes Cristianos, como eran y al no haber tenido hijos, deseaban donar su hacienda para la fundación de un monasterio en su Villa. Pronto entraron en contacto con el entonces erudito P. Francisco de Vivar, monje cisterciense también, del Monasterio de Nogales. Él fue el que los orientó y los puso en contacto con la monja que él opinaba que podría ser la adecuada para encabezar la fundación del monasterio, y que ya por entonces gozaba de fama de santidad. Esta monja era la Madre María Evangelista, (María Quintero Malfaz).


La Madre María Evangelista nació en Cigales (Valladolid) el 6 de enero de 1591, y era hija de Gonzalo Quintero e Inés Malfaz. Hacia 1608 ingresa ya en el monasterio de Santa Ana de Valladolid, donde profesa como monja en 1610. El Matrimonio procedente de Casarrubios, la visita y le propone sus proyectos de fundación de un monasterio femenino y le pide que ella sea la cabeza fundadora.

De acuerdo con su Abadesa y con todos los permisos también de la Abadesa de las Huelgas de Burgos, de la que dependía la de Santa Ana, por entonces, el 25 de octubre de 1633, salen de Valladolid el grupo de monjas fundadoras, hacia Casarrubios. 

El monasterio se construyó no sin pocas dificultades económicas, ya que el matrimonio fundador perdió el pleito, y por ello, parte de sus propiedades, con las que contaba para la fundación. El 27 de noviembre de 1634 se establece la clausura y es elegida como Abadesa de la nueva fundación M. Mª Evangelista. Pronto entraron nuevas vocaciones y la comunidad se hizo numerosa.


Al suprimirse el Monasterio de Bernardas Recoletas de la Villa de Consuegra (Toledo) en 1850, las monjas que quedaban se instalaron en las bernardas descalzas de Villarrobledo hasta 1860, año en que fueron incorporadas a esta Comunidad de Casarrubios, por ser de la misma observancia que la del Monasterio de Consuegra. En 1880 cuatro monjas del Monasterio de la Piedad Bernarda de Madrid, también se incorporaron a esta comunidad que por entonces estaba extremadamente disminuida de personal y con el edificio casi ruinoso. A partir de ahí, la Comunidad volvió a recuperar su antiguo y habitual auge que ha continuado hasta el día de hoy.


En 1950 el edificio volvía a amenazar ruina y hubo que tramitar una nueva reconstrucción de todo el monasterio a excepción de la iglesia. El 12 de octubre de 1964 se inaugura el edificio nuevo, que a medida que económicamente se ha podido, se ha ido ampliado y mejorado a lo largo de estos años, y que es el que existe actualmente. La comunidad hoy consta de 20 monjas. 

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