sábado, 28 de febrero de 2015

San Román y el Monte Jura


En el monte Jura, en la región lugdunense de la Galia, sepultura del abad san Román, que, siguiendo los ejemplos de los antiguos monjes, primero abrazó la vida eremética y después fue padre de numerosos monjes (460).

La noticia del Martirologio romano nos invita hoy a visitar la región cercana a Lyon, en Francia, conocida como el Monte Jura. Allí se desarrolló con sorprendente vitalidad una fundación monástica, que arrancó con el ejemplo de san Román, al final del Imperio Romano. De hecho, reina la barbarie y la desolación. La Divina Providencia iba dirigiendo los pasos de Román y poco a poco le hacía ver que aquella vida que llevaba no podía satisfacer ni llenar las ansias de su corazón. Es ordenado sacerdote en Besancón por el ilustre Hilario de Arlés. Renuncia a todas las prebendas que podía ofrecerle su Ordenación sacerdotal y se retira a la soledad para vivir la vida eremítica. Allí pasa unos años no teniendo otra compañía que los árboles, las plantas y algunos animales. Toda su jornada la pasa entregado a la oración, a la mortificación y hace también algunos trabajos manuales.

Pronto se enteran algunos hombres y le piden los acepte en su compañía. Así van echándose los cimientos de aquel género de vida que llamará la atención por aquellos alrededores y que será foco de virtudes cristianas. Román conocía bien la vida y escritos de los Padres del Desierto, y pensó que, sin abandonar su Patria, en la misma Galia, podía él y los suyos organizar el mismo género de vida que aquellos Padres. De aquí surgió su célebre convento de Condat que será después la semilla de otros muchos Monasterios.

Capilla de San Román de Roche

Cierto día se sumó a aquellos monjes el mismo hermano de Román, llamado Lupicino, que después también será inscrito en el Catálogo de los Santos. Entre los dos llevaban la dirección del Monasterio. Lupicino era más fogoso que Román y a veces era un tanto duro en las penitencias que él se imponía y quería también para los demás. Entonces aparecía Román, y con su gran bondad, traía la paz y descargaba a los monjes de penitencias exageradas.

Román también supo ser duro e intransigente con los príncipes y nobles cuando veía que los derechos humanos y de la Iglesia eran pisoteados por ellos. Condat se había convertido en una de las escuelas más famosas de su tiempo y de allí salían fervorosos misioneros y trabajadores para todo los campos en la viña del Señor. Famosos se hicieron aquellos cenobios por su sabiduría, copia de códices, enseñanza de idiomas antiguos, composición de preciosos tratados de vida espiritual y obradores de muchos prodigios. Lleno de méritos expiraba el año 460.

jueves, 26 de febrero de 2015

La Catedral de Cefalú - 1 -


La Catedral de Cefalú es uno de los monumentos normandos más importantes de la isla de Sicilia. Dedicada al Salvador y a la Transfiguración de Jesús, la catedral fue consagrada en la fiesta de Pentecostés del año 1131 por encargo del rey Roger II de Sicilia. Pensada inicialmente como panteón de los reyes de Sicilia, los sucesores de Roger II -que la concluyeron en 1240- desestimaron su uso como mausoleo dando esta función a la Catedral de Palermo.

De planta basilical de cruz latina, tres naves divididas por 16 columnas de granito y base de mármol (una es de mármol romano llamado "cipollino"), un presbiterio con ábside y pastoforia. El techo es de madera con vigas policromadas y a dos aguas, mostrando una clara una influencia arábiga. Hasta el siglo XVI se llegaba a la catedral por una amplia y lenta escalinata con tres partes que simbolizan a Pedro, Santiago y Juan (los testigos de la Transfiguración). Esta parte posteriormente fue convertida en cementerio. La fachada tiene dos filas de arcos ciegos, dispuestos sobre un nártex de tres arcos.

Llaman la atención, en el interior de la Catedral, sus magníficos mosaicos. Se trata de mosaicos de estilo normando-bizantino encargados por Roger II, cosa que queda atestiguada en el texto que aparece bajo ellos:

Rogerius rex egregius plenis pietatis
hoc statuit templum motus zelo deitatis
hoc opibus ditat variis varioque decore
ornat magníficat in Salvatoris honore
ergo structori tanto Salvator adesto
ut sibi summisos conservet corde modesto.
Anno ab incarnatione Domini Millesimo centesimo XLVIII
indictione XI anno V regni eius XVIII
hoc opus musei factum est.


Es interesante mencionar que se llama “structor” (constructor o arquitecto) al rey subrayando así su relación estrecha con la catedral ya que el soberano había decidido que ese templo sería su mausoleo. Los mosaicos se extienden por toda el ábside y los paños de la bóveda de crucería y por las paredes inmediatamente inferiores a ellos. Los temas representados son el Cristo Pantocrator: el más importante, separado y central; la Virgen y arcángeles; los apóstoles y los evangelistas; ángeles, querubines y serafines; profetas, santos y diáconos, santos guerreros y los Padres de la Iglesia oriental y occidental. Cada mosaico tiene su título escrito en griego o en latín y además es independiente sobre un fondo dorado. Las inscripciones mismas informan sobre las fechas de conclusión del trabajo que fue el año 1148 (habiendo comenzado en 1145 si se considera que en esa fecha el rey Ruggero II decidió que en esa catedral sería enterrado y los aspectos arquitectónicos que no preveían antes de esa fecha la presencia de los mosaicos). Se trata de temas bizantinos y de influencia constantinopolitana.

Los mosaicos del ábside han sido muy elogiados por la crítica desde 1860 cosa que no ha ocurrido con los de la bóveda y de las paredes además de las discusiones que se han dado en relación con su datación, los agrupamientos, etc. Los temas y técnicas de los mosaicos de las paredes recuerdan más bien la capilla palatina y por tanto, son más bien de tiempos de Guillermo I de Sicilia, el hijo y sucesor de Ruggero. Así, los mosaicos de la bóveda y los dos primeros de los paños (los Padres de la Iglesia y los santos diáconos) se habrían hecho en tiempos de Guillermo I y los restantes entre los años 1170 y 1175.

La inscripción latina alrededor del Pantocrator dice lo siguiente:

Factus homo factor, hominis factique Redemptor. Iudico corporeus corpora corda Deus.
(Yo) el creador (me) he hecho hombre. Yo Redentor del hombre y del hombre que hice. Juzgo en cuanto corpóreo los cuerpos, en cuando Dios los corazones.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Santa Walburga en Heidenheim

Juan de Roelas - Santa Walburga

En el monasterio de Heidenheim, en la región alemana de Franconia, santa Waldburgis, abadesa, cuyos hermanos, los santos Bonifacio, Willibaldo y Winebaldo, la convencieron para que pasase de Inglaterra a Germania, donde rigió aquel monasterio, doble de monjas y monjes (779).

Santa Walburga nació en Devonshire, hacia 710. Fue hija de San Ricardo, uno de los reyezuelos de los Sajones Occidentales, y de Winna, hermana de San Bonifacio, Apóstol de Alemania, y tuvo dos hermanos, San Wilibaldo y San Winibaldo. Cuando San Ricardo emprendió con sus dos hijos una peregrinación a Tierra Santa, confió a Walburga, entonces de once años de edad, a la abadesa de Wimborne. En la escuela claustral y como miembro de la comunidad pasó veintiseis años preparándose para la gran tarea que iba a llevar a cabo en Alemania.

Cripta de Santa Walburga en Heidenheim

Bonifacio fue el primer misionero que llamó en su ayuda a mujeres. En 748, en respuesta a su llamamiento, la abadesa Tetta envió a Alemania a Sta. Lioba y Sta. Walburga con muchas otras monjas. Zarparon con buen tiempo, pero poco después se levantó una terrible tempestad. Enseguida Walburga rezó, arrodillándose en cubierta e inmediatamente el mar se calmó. Al desembarcar, los marineros proclamaron el milagro del que habían sido testigos, de modo que Walburga fue recibida en todas partes con alegría y veneración.

En Maguncia fue recibida por su tío, San Bonifacio, y por su hermano, San Wilibaldo. Después de vivir algún tiempo bajo el gobierno de Sta. Lioba en Bischofheim, fue nombrada abadesa de Heidenheim, y situada así cerca de su hermano favorito, San Winibaldo, quien gobernaba una abadía allí. Tras la muerte de éste, ella gobernó el monasterio masculino a la vez que el suyo propio. Su virtud, dulzura y prudencia, añadidas a los dones de la gracia y la naturaleza de que estaba dotada, además de los muchos milagros que obraba le hicieron ser querida por todos. El 23 de septiembre de 776 asistió al traslado del cuerpo de su hermano San Winibaldo por San Wilibaldo, cuando se encontró que el tiempo no había dejado su huella sobre los sagrados restos. Poco después cayó enferma, y, habiendo sido asistida en sus últimos momentos por San Wilibaldo, expiró.


San Wilibaldo la enterró junto a San Winibaldo y muchos prodigios se obraban en ambas tumbas. San Wilibaldo la sobrevivió hasta 786, y después de su muerte la devoción a Sta. Walburga declinó gradualmente y su tumba fue descuidada. Hacia 870, Otkar, entonces obispo de Eichstadt, determinó restaurar la iglesia y monasterio de Heidenheim que estaban cayendo en ruinas. Habiendo los obreros profanado la tumba de Sta. Walburga, ella se apareció una noche al obispo, reprochándoselo y amenazándolo. Esto condujo al solemne traslado de los restos a Eichstadt el 21 de Septiembre del mismo año. Fueron colocados en la Iglesia de la Santa Cruz, ahora llamada de Sta. Walburga. En 893, el obispo Erchanbold, sucesor de Otkar, abrió el relicario para sacar una parte de las reliquias para Liubula, abadesa de Monheim, y fue entonces cuando se descubrió por primera vez que el cuerpo estaba inmerso en un óleo precioso o rocío que desde ese día hasta hoy (salvo durante un periodo en el que Eichstadt estuvo bajo interdicto, y cuando se derramó sangre en la iglesia por ladrones que hirieron gravemente al campanero) ha continuado fluyendo de los sagrados restos, especialmente del pecho.

martes, 24 de febrero de 2015

La Trinidad en el Retablo de la Cartuja de Miraflores


Este martes primero de cuaresma contemplamos, de forma especial, el misterio de la Santísima Trinidad, no sólo de forma especulativa, sino sobre todo mediante la oración. En el Evangelio Jesús nos enseña a orar, llamando a Dios Padre. El Espíritu Santo nos mueve, cada vez que oramos, a confiar en Dios como Padre nuestro, que nos lo ha dado todo a través de Jesucristo, su Hijo.


Por eso, queremos visitar hoy a través de esta entrada uno de los retablos más sorprendentes del arte medieval: el de la Cartuja de Miraflores, la genial obra de Diego de Siloé, en la que se representa la Trinidad, en el centro de un círculo, en torno a la Cruz. La vigilia de Navidad de 1499 se acababa de asentar el retablo mayor de la cartuja de Miraflores completando, así, el presbiterio de la elegante iglesia de los Colonia y convirtiéndolo, definitivamente, en uno de los máximos puntos de referencia del último gótico europeo. Tres años antes habían dado comienzo las obras, siendo responsables de todo, una vez más, maestre Gil y Diego de la Cruz.


Gil de Silóe creó una forma que, una vez más, parece no tener precedentes claros en la escultura. Esquemas parciales, como los círculos inscritos en otro mayor, que es la rueda de los ángeles que rodean al Crucificado, pueden encontrarse sobre todo en la miniatura. La idea general se asemeja a un gran tapiz. En conjunto obedece a un esquema geométrico muy riguroso y fue necesario crear una estructura, mucho más complicada que la del retablo de la catedral de Burgos, como soporte de todas las imágenes. El rectángulo total se divide en dos muy claramente diferenciados. El superior se centra en la Crucifixión, donde Cristo es el eje de simetría principal. La rueda de ángeles mayor es tangente arriba y abajo y otras cuatro menores se sitúan en los ángulos, ocupadas por los evangelistas. La Cruz divide en cuatro partes la central de modo que cada una de éstas sea ocupada por nuevos círculos. En la zona inferior predominan las verticales, potenciadas por cuatro figuras de santos de considerable tamaño. La zona limitada por ellas se divide en dos pisos, con círculos en el superior y rectángulos en el inferior.


La monumental Crucifixión está en la misma línea y el pelicano sobre la cabeza de Cristo, además de ser figura suya en múltiples contextos contemporáneos, resalta el sentido sacrificial y soteriológico general. La presencia de la Trinidad es notable por su modo de representación en lo que afecta a la humanizada personalidad del Espíritu, en forma femenina, que flanquea la Cruz como el Padre.

lunes, 23 de febrero de 2015

Fachada principal de la Catedral de Toledo


El tema del Juicio Final ha sido esculpido en la fachada de muchas catedrales. Una de las más célebres representaciones es la que se encunetra en la Facha principal de la Catedral de toledo. Da la cara a una plaza irregular donde se encuentra el Ayuntamiento y el Palacio Arzobispal. La fachada principal tiene tres portadas, Puerta del Perdón en el centro, Puerta del Juicio Final a la derecha y Puerta del Infierno a la izquierda.


La puerta del Perdón es del siglo XV: se comenzó, bajo la dirección de Alvar Martínez, en 1418. Se llama así porque hubo un tiempo en que se concedían indulgencias a los penitentes que entraban por ella. Esta puerta en la actualidad está siempre cerrada y se abre en las grandes ocasiones y cuando el nuevo arzobispo toma posesión de la catedral primada. Tiene un gran arco con seis arquivoltas góticas. Sigue la iconografía clásica del gótico, con la figura del Salvador en el mainel y un apostolado en las jambas, y en el tímpano aparece la Virgen imponiendo la casulla a San Ildefonso, tema muy especial de esta catedral que se repetirá en el interior en capillas y pinturas. Las hojas de la puerta miden más de 5 m de altura y están chapadas en bronce y muy trabajadas; son del siglo XIV. La del Juicio Final es la más antigua, y representa, como su nombre indica, la escena del Juicio Final.


La Puerta del Infierno, en cambio, no presenta motivos iconográficos reseñables, sino solo decoración de tipo vegetal. Se la conoce también como puerta de la Torre o de las Palmas porque antiguamente se reservaba para la entrada de la procesión de las palmas en el Domingo de Ramos.


La fachada fue modificada en 1787 por el arquitecto Eugenio Durango bajo el mandato del cardenal Lorenzana. El escultor fue Mariano Salvatierra. Las obras fueron necesarias por deterioro de la piedra que no era de muy buena calidad. Es posible que las puertas avanzaran entre contrafuertes en lugar de la disposición actual pero no se sabe con certeza.

domingo, 22 de febrero de 2015

Desiertos bíblicos. El desierto de Judea

Desierto de Judea

La Biblia menciona varios desiertos. Tal vez el más interesante es el del Éxodo. En el Pentateuco esta región es tratada en su conjunto como "el desierto", pero, por regla general, se hace referencia a partes especiales como el desierto de Sin, el desierto de Sinaí, el desierto de Cadés, en el desierto de Parán. Se han escrito libros para debatir la geografía de esta región. Baste decir que comprende el terreno sobre el que los israelitas viajaron desde el cruce del Mar Rojo hasta su llegada a la Tierra Prometida. Nosotros no entramos en la cuestión planteada por los críticos modernos en cuanto a si la geografía del Éxodo tenía diferentes significados en diferentes partes del Pentateuco. El desierto de Judá, también juega un papel importante en la Biblia. Se encuentra al oeste de la “'arabah”, del Jordán y el Mar Muerto. A él pertenecen los desiertos de Engadí, el de Técoa y el de Jericó, cerca de la ciudad del mismo nombre. Al este de Palestina están los desiertos de Arabia, de Moab, y el desierto de Idumea, cerca del Mar Muerto. Se nos dice (Éxodo 3,1) que Moisés alimentó a los rebaños de Jetró, y los llevó a las partes interiores del desierto. Este desierto estaba en la tierra de Madián, cerca del Mar Rojo, y en ella estaba el Monte Horeb, que San Jerónimo dice era el mismo que el Sinaí. El desierto al que David huyó de Saúl (cf. 1 Samuel 23,14) fue el desierto de Zif, que se encuentra al sur del Mar Muerto y de Hebrón. San Juan el Bautista vivió y enseñó en el desierto de Judea, al oeste del Jordán y el Mar Muerto, cerca de Jericó. Por último, la escena de la tentación de Cristo (Mateo 4,1-11), de la cual San Marcos añade (1,13): "Estaba con las fieras", fue más probablemente en el “'arabah” al oeste del Jordán, pero esto es sólo especulación.

Monasterio de San Sabas en el Desierto de Judea

El desierto de Judea se encuentra al este de Jerusalén y desciende hasta el mar Muerto. Las precipitaciones en la región de Judea varía desde 400 hasta 500 mm en las colinas del oeste, llegando a 600 milímetros (24 pulgadas) en todo el oeste de Jerusalén (en el centro de Judea), cayendo a 400 milímetros (16 pulgadas) en el este de Jerusalén y caer a alrededor de 100 mm en la parte oriental, debido a un efecto rainshadow. El clima oscila entre Mediterráneo en el oeste y el clima de desierto en el este, con una franja de clima de estepa en el centro. Las principales zonas urbanas en la región incluyen Jerusalén, Belén, el bloque de asentamientos de Gush Etzion, Jericó y Hebrón.

El desierto de Judea es una zona con una especial estructura morfológica a lo largo del este de las montañas de Judea. Se extiende desde el noreste del Negev, al este de Bethel, y se caracteriza por terrazas con escarpes. Se termina en una pendiente escarpada caída hasta el mar Muerto y el valle del Jordán. El desierto de Judea es atravesado por numerosas ramblas de noroeste a sureste, y tiene muchos cañones profundos. Elevación oscila entre 1.200 pies en el oeste y 600 metros en el este.

sábado, 21 de febrero de 2015

Fonteavellana: San Pedro Damián

El Martirologio romano nos recuerda hoy la santidad de san Pedro Damián. Su inclinación al retiro y a la vida ascética lo empujó muy pronto a la soledad. Ordenado sacerdote en su ciudad natal, ya en 1035 se retiró a Fonte Avellana donde, en unión con varios ermitaños, se entregó de lleno a la vida anacoreta. Elegido prior en 1043, dio una forma ordenada y definitiva a la vida de consagración de Fonte Avellana, para la que había ganado algunos grupos de ermitaños. Era en realidad un sistema de vida monástica, mezcla de vida contemplativa, con marcado rigor de soledad y penitencias corporales, y de vida cenobítica, que unía diversos grupos bajo una misma dirección. En la sección del Monacato comenzamos con la Catequesis que le dedicó el papa Benedicto XVI. Ahora, podemos seguir leyéndola.

Fonteavellana

San Pedro Damián, que básicamente fue un hombre de oración, de meditación, de contemplación, fue también un fino teólogo: su reflexión sobre diversos temas doctrinales le llevó a conclusiones importantes para la vida. Así, por ejemplo, expone con claridad y vivacidad la doctrina trinitaria utilizando ya, siguiendo textos bíblicos y patrísticos, los tres términos fundamentales que después se han convertido en determinantes también para la filosofía de Occidente, processio, relatio e persona. Con todo, como el análisis teológico le conduce a contemplar la vida íntima de Dios y el diálogo de amor inefable entre las tres divinas Personas, él saca de ello conclusiones ascéticas para la vida en comunidad y para las propias relaciones entre cristianos latinos y griegos, divididos en este tema. También la meditación sobre la figura de Cristo tiene reflejos prácticos significativos, al estar toda la Escritura centrada en Él. El propio "pueblo de los judíos --anota san Pedro Damián-- a través de las páginas de la Sagrada Escritura, puede decirse que ha llevado a Cristo en sus hombros". Cristo por tanto, añade, debe estar al centro de la vida del monje: "Cristo debe ser oído en nuestra lengua, Cristo debe ser visto en nuestra vida, debe ser percibido en nuestro corazón". La íntima unión con Cristo debe implicar no sólo a los monjes, sino a todos los bautizados. Supone también para nosotros un intenso llamamiento a no dejarnos absorber totalmente por las actividades, por los problemas y por las preocupaciones de cada día, olvidándonos de que Jesús debe estar verdaderamente en el centro de nuestra vida.

La comunión con Cristo crea unidad de amor entre los cristianos. En la carta 28, que es un genial tratado de eclesiología, Pedro Damián desarrolla una teología de la Iglesia como comunión. "La Iglesia de Cristo - escribe - está unida por el vínculo de la caridad hasta el punto de que, como es una en muchos miembros, también está totalmente reunida místicamente en uno solo de sus miembros; de forma que toda la Iglesia universal se llama justamente única Esposa de Cristo en singular, y cada alma elegida, por el misterio sacramental, se considera plenamente Iglesia". Esto es importante: no sólo que toda la Iglesia universal está unida, sino que en cada uno de nosotros debería estar presente la Iglesia en su totalidad. Así el servicio del individuo se convierte en "expresión de la universalidad". Con todo la imagen ideal de la "santa Iglesia" ilustrada por Pedro Damián no corresponde - lo sabía bien - a la realidad de su tiempo. Por eso, no temió denunciar la corrupción existente en los monasterios y entre el clero, sobre todo debido a la praxis de que las autoridades laicas confiriesen la investidura de los oficios eclesiásticos: diversos obispos y abades se comportaban como gobernadores de sus propios súbditos más que como pastores de almas. No es casual el que su vida moral dejara mucho que desear. Por esto, con gran dolor y tristeza, en 1057 Pedro Damián deja el monasterio y acepta, aun con dificultad, el nombramiento de cardenal obispo de Ostia, entrando así plenamente en colaboración con los papas en la difícil empresa de la reforma d la Iglesia. Vio que no era suficiente contemplar y tuvo que renunciar a la belleza de la contemplación para ayudar en la obra de renovación de la Iglesia. Renunció así a la belleza del eremitorio y con valor emprendió numerosos viajes y misiones.

Por su amor a la vida monástica, diez años después, en 1067, obtuvo permiso para volver a Fuente Avellana, renunciando a la diócesis de Ostia. Pero la tranquilidad suspirada dura poco: ya dos años después fue enviado a Frankfurt en el intento de evitar el divorcio de Enrique IV de su mujer Berta; y de nuevo dos años después, en 1071, fue a Montecassino para la consagración de la iglesia de la abadía, y a principios de 1072 se dirige a Rávena para restablecer la paz con el arzobispo local, que había apoyado al antipapa provocando el interdicto sobre la ciudad. Durante el viaje de vuelta al eremitorio, una repentina enfermedad le obligó a detenerse en Faenza en el monasterio benedictino de "Santa Maria Vecchia fuori porta", y allí murió en la noche entre el 22 y el 23 de febrero de 1072.

Queridos hermanos y hermanas, es una gracia grande que en la vida de la Iglesia el Señor haya suscitado una personalidad tan exuberante, rica y compleja, como la de san Pedro Damián y no es habitual encontrar obras de teología tan agudas y vivas como las del ermitaño de Fuente Avellana. Fue monje hasta el final, con formas de austeridad que hoy podrían parecernos incluso excesivas. De esta forma, sin embargo, hizo de la vida monástica un testimonio elocuente de la primacía de Dios y una llamada para todos a caminar hacia la santidad, libres de todo compromiso con el mal. Él se consumió, con lúcida coherencia y gran severidad, por la reforma de la Iglesia de su tiempo. Entregó todas sus energías espirituales y físicas a Cristo y a la Iglesia, permaneciendo siempre, como le gustaba llamarse, Petrus ultimus monachorum servus, Pedro, último siervo de los monjes.

viernes, 20 de febrero de 2015

El Gólgota

Jerusalén - Altar sobre el Gólgota

Jesús fue crucificado en un promontorio, fuera de Jerusalén. Los Evangelios llaman a este lugar Gólgota (en Arameo "Golgotha"; en Griego "Kránion" (calavera), a partir de lo cual llegamos a Calvario, de la raiz latina "calva", la piel que recubre el cráneo sin cabello. Nuestro término común Monte no se usa. Monte empezó a ser usado solamente en el siglo IV, cuando sacaron la roca que lo rodeaba, dejando la roca de la crucifixión aislada, pequeña y redonda colina de unos 6 m de altura. Simplemente se lo menciona como un lugar llamado Gólgota para indicar el sitio en que se levantó la cruz y la vecina propiedad rural de José de Arimatea:

"Llegaron a un lugar llamado Gólgota (que significa la Calavera)" (Mt 27,33)

"Trajeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota (que significa el lugar de la Calavera)" (Mc 15,22)

"Cuando llegaron al lugar llamado la Calavera, allí lo crucificaron, junto con los criminales uno a su derecha y el otro a su izquierda" (Lc 23,33)

"Llevando su propia cruz, fue hasta el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota)" (Jn 19,17)

jueves, 19 de febrero de 2015

El Altar - 1 -


En la Nueva Ley, el altar es la mesa en que se ofrece el Sacrificio Eucarístico. La Misa puede celebrarse a veces fuera de un lugar sagrado, pero nunca sin un altar, o al menos una piedra que sirva de altar. En la historia eclesiástica encontramos sólo dos excepciones: San Luciano (312) se dice que celebró la Misa sobre su pecho, aunque fue en la prisión, y Teodoro, obispo de Tiro, en las manos de sus diáconos. Es signo, según Amalario de la Mesa del Señor, refiriéndose a la Última Cena o a la Cruz (San Bernardo), o de Cristo (San Ambrosio). Este último significado explica el honor que se le da incensándolo y las cinco cruces grabadas en él significan Sus cinco llagas.

En las antiguas basílicas, el sacerdote, cuando estaba de pie ante el altar, lo hacia de frente a las personas. Las basílicas del Imperio Romano eran, como norma, cortes de justicia o lugares de reunión. Eran generalmente espaciosas y el área interior estaba separada por dos, o, incluso cuatro, filas de columnas, formando una nave central y pasillos laterales. La parte opuesta a la entrada tenía una forma semicircular, llamada ábside, y en esta parte, que se elevaba sobre el nivel del suelo, se sentaban el juez y sus asesores, mientras a su derecha se situaba un altar sobre el que se realizaba el sacrificio que se ofrecía antes de tratar asuntos públicos importantes.

Cuando estos edificios públicos se adaptaron para las asambleas cristianas, se hicieron ligeras modificaciones. El ábside fue reservado para el obispo y su clero; los creyentes ocuparon el centro y los pasillos laterales, en tanto que el altar se situaba entre el clero y el pueblo. Después en los templos el altar fue situado contra el ábside, o al menos cerca de la pared, para que el sacerdote cuando celebrara mirara al este, y detrás de él se situó el pueblo. En los primeros tiempos había solo un altar en cada iglesia.

Hacia el fin del siglo sexto encontramos evidencias de una pluralidad de altares, San Gregorio Magno envió reliquias para cuatro altares a Paladio, obispo de Saintes, Francia, que había colocado en un templo trece altares, cuatro de ellos estaban sin consagrar por falta de reliquias. Aunque había sólo un altar en cada templo, se erigieron altares menores en capillas laterales que eran edificios distintos (como es costumbre en Grecia y algunas Iglesias Orientales, incluso en el presente) en los que solo podía celebrarse una Misa por día. El hecho que en las edades tempranas de la Cristiandad sólo el obispo celebrara la Misa, ayudado por su clero que recibía la Sagrada comunión de las manos del obispo, es la razón por la cual se erigió un solo altar en cada iglesia, pero después de la introducción de las Misas privadas, surgió la necesidad de varios altares en cada templo.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Miércoles de Ceniza. De San Anselmo a Santa Sabina

El Miércoles de Ceniza se vive en roma entre las basílicas de San Anselmo y Santa Sabina, de los benedictinos a los dominicos, sobre el monte Avenitno, lejos del Vaticano. Entre ambos templos se realiza la procesión penitencial, para luego celebrar la misa estacional. Vemos un reportaje de la primera Cuaresma del papa Francisco.

martes, 17 de febrero de 2015

Visita a la Catedral de Monreale (Sicilia)

Magnífico reportaje italiano sobre la Catedral de Monreale, que visitamos ayer, a las afueras de Palermo (Sicilia)

lunes, 16 de febrero de 2015

La Catedral de Monreale (Sicilia)


La catedral de Monreale, construida por iniciativa del rey Guillermo II de Hauteville, es la última fundación real normanda de Sicilia. Rivaliza con la Capilla Palatina de Palermo y la catedral de Cefalù, tanto por sus dimensiones como por la riqueza de su ornamentación. La grandiosa catedral de Monreale constituye el mayor edificio decorado con mosaicos del Occidente medieval. La decoración combina tradición oriental y occidental: estilo bizantino en el santuario –que no obstante debe adaptarse a una arquitectura de tipo basilical– y escenas del Antiguo Testamento en las naves, según la tradición romana.



Así, en ausencia de cúpula, el Cristo Pantocrátor se sitúa en la bóveda de cuarto de esfera del ábside, la jerarquía celeste se representa en el arco que lo precede y la Teotokos aparece bajo el Todopoderoso, rodeada de la guardia solemne de los arcángeles. La ornamentación de las naves escenifica el Antiguo Testamento, según una tradición instaurada en las primeras basílicas cristianas de Roma, como San Pablo extramuros o la antigua basílica de San Pedro. En Monreale, se desarrollan los episodios del Génesis, desde la creación del mundo hasta la lucha de Jacob con el ángel.


La historiografía tradicional presenta la ornamentación de la iglesia de Monreale como la fusión de lo bizantino y lo latino. Ahora bien, la distinción no resulta tan fácil de realizar dado que en la parte de estilo «bizantino» se integran imágenes originarias de la tradición latina. Así pues, en el crucero se desarrolla el ciclo cristológico que retoma la iconografía de las doce grandes celebraciones litúrgicas bizantinas o Dodékaorton. Ahora bien, el programa se amplifica y algunas escenas parecen inspirarse de la cultura anglonormanda, como por ejemplo, la parte dedicada a los Peregrinos de Emaús en cuatro paneles que no posee antecedentes en la iconografía bizantina tradicional. E. Kitzinger vincula estas imágenes con una de las obras maestras de la miniatura inglesa de la primera mitad del siglo XII, el Libro de los salmos de San Albán, que trata del drama Peregrinus, una de las representaciones teatrales sagradas de temas bíblicos de moda en aquélla época.


Asimismo, el programa hagiográfico –que incluye a 174 santos– revela una voluntad particular de fusión de los dos componentes oriental y occidental. En un mismo espacio, se observan efigies de los Doctores de las Iglesias griega y latina (Juan Crisostomo, Gregorio Nacianceno, Agustín y Ambrosio), de los santos anargiros y santos militares bizantinos (Pantaleón, Hermolao, Juan, Ciro, Demetrio, Teodoro, Mercurio), santos de Italia meridional (Germán de Capua, Sabino de Canosa, Catalde de Tarento), santos sicilianos (Marciano de Siracusa, Ágata de Catania, Gerland de Agrigente), santos anglonormandos (Thomas Becket de Canterbury, Hilario de Poitiers, Radegunda), e incluso santos germánicos (Bonifacio de Mayence, Severino de Norique, Otilia de Alsacia). Las elecciones hagiográficas revelan las grandes orientaciones políticas del soberano normando Guillermo II: su fascinación por el imperio bizantino y su voluntad de rivalizar con el basileus, sus alianzas con la dinastía Plantagenet y con el imperio germánico, y su enraizamiento en las tradiciones locales del Mezzogiorno. Así pues, el arte de Monreale refleja su lugar no sólo en el «corazón del Mediterráneo» sino asimismo en el «el corazón de la Europa medieval».

sábado, 14 de febrero de 2015

Basílica de los Santos Cirilo y Metodio en Velehrad (República Checa)


Memoria de los santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, hermanos nacidos en Tesalónica, que fueron enviados a Moravia por el obispo Focio de Constantinopla para predicar la fe cristiana, y allí inventaron signos propios para traducir del griego a la lengua eslava los libros sagrados. En un viaje que hicieron a Roma, Cirilo, que antes se llamaba Constantino, enfermó y, habiendo profesado como monje, descansó en el Señor en este día. Metodio, constituido obispo de Sirmium por el papa Adriano II, evangelizó toda la región de Panonia, y en todas las dificultades que tuvo que soportar fue siempre ayudado por los Pontífices Romanos, recibiendo finalmente el premio por sus trabajos en la ciudad de Velherad, en Moravia, el día seis de abril (869 y 885).


La fiesta de los santos Cirilo y Metodio, elevados por san Juan Pablo II al rango de copatronos de Europa, nos lleva hoy a tierras checas, donde ejercieron su ministerio apostólico entre los pueblos eslavos. 


El monasterio de Velehrad y sobre todo su basílica representan el centro espiritual de la República Checa. Aquí empezó a escribirse la historia milenaria del cristianismo de esta parte de Europa. Es el lugar donde se celebran anualmente romerías nacionales en las que participan decenas de miles de personas. En 2013 se cumplirán 1150 años de la llegada de los apóstoles eslavos Cirilo y Metodio a la Gran Moravia.


El monasterio de Velehrad fue fundado en el siglo XIII, al pie de las montañas Chřibské hory. Adquirió su aspecto barroco actual durante una reconstrucción tras el incendio en 1681. La parte más importante del monasterio es la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y de San Cirilo y Metodio, la iglesia de peregrinación más importante de la República Checa. En 1990, la basílica de Velehrad fue visitada por el Papa Juan Pablo II.


Velehrad es en julio el lugar de celebración de la anual Romería Nacional, organizada con motivo de la fiesta de San Cirilo y Metodio. Estos hermanos de Salónica llegaron a la Gran Moravia en 863, a petición del segundo príncipe de la Gran Moravia, Rostislav, quien fue santificado más tarde. Para que su misión, cuyo objetivo fue divulgar el cristianismo, fuera exitosa, introdujeron en las misas el idioma eslavo para el que Constantino creó la propia escritura. Los dos misioneros fueron de importancia fundamental para el desarrollo de la erudición en esta parte de Europa.

viernes, 13 de febrero de 2015

Claustro de San Pedro de Moissac

La arquitectura latina medieval hizo del claustro un edificio simbólico, en clara alusión al Paraíso. Los cuatro elementos de la creación son recogidos en los cuatro lados del claustro, por el que deambula el monje en su tránsito por este mundo hacia el Paraíso que Cristo nos ha conseguido a través de su muerte y Resurrección. Por eso, visitamos hoy por uno de los claustros románicos más hermosos de Europa, el del Monasterio de San Pedro de Moissac, en Francia.

jueves, 12 de febrero de 2015

Catedral de Santa Eulalia de Barcelona



En la ciudad de Barcelona, en la Hispania Tarraconense, memoria de santa Eulalia, virgen y mártir (in. s. IV).

El Martirologio Romano nos invita hoy a visitar la Catedral de Santa Eulalia, en Barcelona. La leyenda, de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la época romana. Según la tradición, Eulalia fue una niña, educada en el cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305), Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, Daciano, para recriminarle la persecución contra los cristianos. El gobernador, ante la negativa de la niña a renunciar a la fe, la condenó a trece martirios, tantos como años tenía.


Según la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de cal viva. El noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.

Posteriormente, fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su cruxifición se produjo una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio volar hacia el cielo de su boca una paloma blanca.


La catedral de Barcelona, dedicada a la santa, se construyó durante los siglos XIII a XV sobre la antigua catedral románica, edificada a su vez sobre una iglesia de la época visigoda a la que precedió una basílica paleocristiana, cuyos restos pueden verse en el subsuelo. La finalización de la imponente fachada en el mismo estilo, sin embargo, es mucho más moderna (siglo XIX). Está dedicada a la Santa Cruz desde el año 599 y se añadió a partir del año 877 a Santa Eulalia.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Santuario de Nuestra Señora de Loúrdes


En el año 1858, la localidad de Lourdes era una muy pequeña aldea con casas humildes, como así también sus habitantes, que en un ochenta por ciento eran analfabetos. Esta comarca, apenas conocida en Francia en ese momento, se encuentra en el inicio del sistema montañoso de los Pirineos y tiene hacia el oeste un promontorio rocoso conocido con el nombre de Massabielle (Rocas Viejas). Al pie de éste corre el río Gave que se forma con las aguas que descienden de las montañas. A un lado de los muros de rocas seminegruzcas la naturaleza abrió una pronunciada gruta de 3 metros y medio de ancha por 3 metro y medio de alta.

Esta gruta era un lugar solitario con un suelo árido y seco en el cual crecían rosales silvestres, que eran las flores de la zona. Aquí fue donde, según el testimonio de Bernadette Soubirous, se produjo una de las apariciones marianas más conocidas de la Historia, en el año 1858. Hoy junto a esa Gruta de las Revelaciones se alza un santuario y un lugar de peregrinación. La Gruta y la Basílica de la Inmaculada Concepción (construida por Monseñor Laurence, obispo que acogió las revelaciones privadas a santa Bernadette Soubirous), constituyen el santuario original. Posteriormente, todo el conjunto de templos y edificios que tienen como centro la Gruta mencionada recibieron el nombre de Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.


El área que la compone tiene 52 hectáreas con 22 lugares de culto, que visitan 6 millones de personas al año aproximadamente. El responsable hoy es el obispo de Tarbes-Lourdes, que nombra como representante permanente a un rector. El rector se hace cargo de aproximadamente siete mil personas de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes y más de 100.000 de las hospitalidades de las distintas peregrinaciones y regiones del mundo. También transitan 30 sacerdotes para recibir y acompañar a peregrinos y celebrar y administrar los sacramentos. Pertenecen a cuatro congregaciones religiosas y diferentes diócesis. Además, existen cinco comunidades femeninas que están también al servicio del santuario. Posee 297 empleados fijos y 95 temporales para el mes de febrero (cuando se celebra la fiesta de la Virgen de Lourdes) y más 63 de servicios varios.

martes, 10 de febrero de 2015

Abadía de Montecasino

Montecasino no sólo guarda las venerables reliquias de san Benito, sino también la de su hermana santa Escolástica, cuya fiesta hoy celebramos. Por eso, visitamos hoy este lugar santo, a través del siguiente montaje fotográfico.

lunes, 9 de febrero de 2015

Altomünster

Visitamos hoy el Monasterio y los alrededores de Altomünster, unos veinte kilómetros al norte de Munich, lugar en el que vivió como eremita san Alto, y donde fundó una comunidad benedictina en el siglo VIII, que posteriormente se convirtió en comunidad doble de monjes y monjas brígidas. vivían en dos edificios monásticos, conectados por la Iglesia, que compartían para los oficios litúrgicos.

viernes, 6 de febrero de 2015

Cristianismo en Japón


Celebramos hoy la memoria del martirio de san Pablo Miki y sus compañeros mártires. Por eso, vamos a conocer la historia del Cristianismo en el Japón. En 1542 los navegantes portugueses encuentran una vía hacia las islas del Japón. Portugal, de inmediato, se interesan por los ricos productos del país. La Iglesia también se hace presente. San Francisco Javier, con dos compañeros jesuitas, navega en 1549 a la ciudad de Kagoxima, en la isla de Kyushu. En dos años establece cinco cristiandades con un grupo de dos mil personas.

Japón es, desde un comienzo, un campo de trabajo muy querido de los jesuitas. Durante 40 años, la Compañía de Jesús realiza sola el trabajo misional. En 1579 el P. Alejandro Valignano S.J., visitador de las misiones de Oriente, se impresiona de la profunda fe de los japoneses. En las islas hay 54 jesuitas y 150.000 cristianos. Cuando San Francisco Javier llega al Japón constata que un cambio político está a las puertas. El régimen central de gobierno es débil. El emperador se sostiene gracias al shogún, o jefe militar. Los daimyos, o señores feudales, son los importantes, pero pueden ser dominados. Con dificultades, la Iglesia avanza. Algunos daimyos se apoyan en los intereses comerciales de Portugal. Otros oponen resistencia, por su historia, cultura y religión tradicional.

Poco a poco, el cristianismo pone un pie firme en la isla de Kyushu y en el Japón central. Las conversiones de los daimyos Omura Sumitada, Otomo Sorin, Takayama Kami y su hijo Takayama Ukon favorecen el trabajo misional. En 1582 hay una revolución. El shogún Toyotomi Hideyoshi se apodera del gobierno imperial y se declara tutor del heredero. En un comienzo Hideyoshi se manifiesta bien inclinado respecto al cristianismo. La paz llega sometiendo a los daimyos.

En 1587 Toyotomi Hideyoshi cambia repentinamente su actitud. Prohibe la predicación de la fe cristiana y dispone la expulsión de los misioneros. Parece ver en el influjo creciente del cristianismo un impedimento a sus pretensiones de poder total. En 1593 Hideyoshi cambia su nombre por el de Taicosama o “supremo señor”. En el mes de junio de 1593 recibe a un grupo de franciscanos, de las islas Filipinas. Vienen con el título de embajadores. Taicosama acepta sus cartas credenciales, pues el comercio con los españoles es un buen acicate. Los recién llegados se establecen en Osaka. Abren hospitales entre los leprosos y los pobres.

Una guerra con Corea, unida a catástrofes naturales aumenta la tensión de las autoridades.Taicosama dicta entonces un nuevo decreto de persecución. Más duro que el de 1587. Exige el destierro de todos los misioneros extranjeros, bajo pena de muerte. En virtud de este segundo decreto Taicosama condena a 6 franciscanos y a 15 japoneses que les colaboran, a la muerte de cruz. En los registros de la Residencia jesuita de Osaka detienen a tres japoneses de la Compañía de Jesús. Los inscriben en la lista de condenados. También incluyen a otros dos japoneses, en el camino a Nagasaki. Así el 5 de febrero de 1597 mueren en total 26 mártires. Pero después, Taicosama suaviza el edicto. La misión continúa, sin mayores tropiezos, hasta 1614. Ese año, el shogún sucesor, Ieyasu Daifusama, decide la extinción de la fe. En esta segunda persecución padecen el martirio numerosos misioneros y millares de cristianos japoneses. El ingreso de nuevos misioneros queda prohibido. La vida de la Iglesia comienza entonces a declinar.

jueves, 5 de febrero de 2015

La Catedral de Catania

Busto de Santa Águeda - Catedral de Catania

Al recordar hoy a santa Águeda, la santa de Catania, vamos a conocer la Catedral en la que son veneradas sus reliquias. Esta iglesia ha sido destruida y reconstruida varias veces debido terremotos y las erupciones del cercano volcán Etna. Fue construida originalmente en 1078-1093, sobre las ruinas de los antiguos baños termales romanos, por orden de Roger I de Sicilia, que había conquistado la ciudad desde el emirato islámico de Sicilia. En el momento en que tenía la apariencia de una iglesia fortificada (ecclesia Munita). La torre del campanario, es obra de Carmelo Sciuto Patti.


En 1169 fue casi totalmente destruida por un terremoto, dejando sólo la zona del ábside intacta. El daño adicional fue introducida por un incendio en ese mismo año, pero el evento más catastrófico fue el terremoto de 1693, que a su vez lo dejó todo en ruinas. Fue reconstruida posteriormente en estilo barroco.


Hoy en día, los rastros del original edificio normando son parte del crucero, las dos torres y los tres ábsides semicirculares, compuestas por grandes piedras de lava, la mayoría de ellos recuperados de los edificios romanos imperiales.

Tumba de Vicenzo Bellini

miércoles, 4 de febrero de 2015

Fulda

Fulda es uno de los lugares centrales del catolicismo alemán. Allí vivió el gran Rabano Mauro, cuya santidad hoy celebramos. En el siguiente video, vemos imágenes de su catedal y escuchamos el magnífico tañido de sus campanas.

martes, 3 de febrero de 2015

En Camino a Santiago. Ermita de San Blas en Los Arcos


Hace unos días visitábamos la villa de Los Arcos, en la que destaca su monumental Iglesia de Santa María. Pero, a la salida del pueblo, nos encontramos con otro pequeño y humilde edificio, que visitaremos precisamente hoy, en la memoria de san Blas: la ermita a a él dedicada. 


La Ermita de San Blas se encuentra a la salida de la villa, en pleno Camino de Santiago en dirección a Viana. Parece que pudo pertenecer a un hospital de peregrinos, de ahí que su antigua advocación fuera de San Lázaro. Es una ermita que conserva su humilde cabecera románica de tramo presbiterial rectangular y ábside de planta semicircular. La fábrica es de sillarejo y la corona de canecillos -restaurados- de perfil de nacela.

lunes, 2 de febrero de 2015

El Templo de Jerusalén construido por Herodes


El Templo de Jerusalén fue la máxima expresión de la fe de Israel. Allí tuvo lugar la Presentación del Señor, que hoy celebramos. En realidad, se trataba del tercer templo construido en el mismo lugar. El primero fue levantado por Salomón, hijo de David. Fue destruido el año 586 antes de Cristo por el rey de Babilonia Nabucodonosor. Setenta años después, Zorobabel levantó el segundo templo, más modesto que el anterior, que duró hasta pocos años antes de Cristo.

Herodes emprendió la restauración del Templo en su esplendor original y con sus disposiciones tradicionales. Los edificios se demolieron uno tras otro conforme estaban disponibles los materiales para las nuevas estructuras. Una multitud de sacerdotes se convirtió en albañiles y carpinteros y tomó a su cargo el derribo y reconstrucción del santuario, tarea que fue llevada a cabo en dieciocho meses. Casi 10.000 trabajadores fueron empleados en los otros edificios. Tras ocho años de trabajo (10 antes de Cristo) el nuevo edificio se abrió al culto. Pero este monumento, que rivalizaba en sus vastas proporciones y magnificencia con las más bellos construcciones de la antigüedad y que sobrepasaba mucho incluso al de Salomón, sólo se acabó en el 62 o 64 después de Cristo, estando en esa época aún empleados 18.000 trabajadores.


Herodes duplicó la plataforma artificial que tenía el Templo de Zorobabel, ampliando los recintos sagrados hacia el sur y especialmente hacia el norte donde las galerías llegaban hasta la roca de Baris y la Antonia. El Templo de Herodes constaba de dos patios, uno interior y otro exterior. El primero incluía todos los edificios del Templo propiamente dicho y se dividía en: El Patio de los Sacerdotes, que contenía la casa de Dios y el altar de los holocaustos; el Patio de Israel; y el Patio de las Mujeres. Todo el espacio entre el patio interior y el muro exterior de la plataforma se llamaba Patio de los Gentiles, porque se permitía entrar en él a los no-judíos.

Este Templo fue destruido por los romanos el año 70 después de Cristo. En la actualidad, sobre la explanada de lo que fuera el Templo, se levanta una de las mezquinas más sagradas de los musulmanes.

domingo, 1 de febrero de 2015