martes, 14 de febrero de 2017

Basílica de los Santos Cirilo y Metodio en Velehrad (República Checa)


Memoria de los santos Cirilo, monje, y Metodio, obispo, hermanos nacidos en Tesalónica, que fueron enviados a Moravia por el obispo Focio de Constantinopla para predicar la fe cristiana, y allí inventaron signos propios para traducir del griego a la lengua eslava los libros sagrados. En un viaje que hicieron a Roma, Cirilo, que antes se llamaba Constantino, enfermó y, habiendo profesado como monje, descansó en el Señor en este día. Metodio, constituido obispo de Sirmium por el papa Adriano II, evangelizó toda la región de Panonia, y en todas las dificultades que tuvo que soportar fue siempre ayudado por los Pontífices Romanos, recibiendo finalmente el premio por sus trabajos en la ciudad de Velherad, en Moravia, el día seis de abril (869 y 885).


La fiesta de los santos Cirilo y Metodio, elevados por san Juan Pablo II al rango de copatronos de Europa, nos lleva hoy a tierras checas, donde ejercieron su ministerio apostólico entre los pueblos eslavos. 


El monasterio de Velehrad y sobre todo su basílica representan el centro espiritual de la República Checa. Aquí empezó a escribirse la historia milenaria del cristianismo de esta parte de Europa. Es el lugar donde se celebran anualmente romerías nacionales en las que participan decenas de miles de personas. En 2013 se cumplirán 1150 años de la llegada de los apóstoles eslavos Cirilo y Metodio a la Gran Moravia.


El monasterio de Velehrad fue fundado en el siglo XIII, al pie de las montañas Chřibské hory. Adquirió su aspecto barroco actual durante una reconstrucción tras el incendio en 1681. La parte más importante del monasterio es la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción y de San Cirilo y Metodio, la iglesia de peregrinación más importante de la República Checa. En 1990, la basílica de Velehrad fue visitada por el Papa Juan Pablo II.


Velehrad es en julio el lugar de celebración de la anual Romería Nacional, organizada con motivo de la fiesta de San Cirilo y Metodio. Estos hermanos de Salónica llegaron a la Gran Moravia en 863, a petición del segundo príncipe de la Gran Moravia, Rostislav, quien fue santificado más tarde. Para que su misión, cuyo objetivo fue divulgar el cristianismo, fuera exitosa, introdujeron en las misas el idioma eslavo para el que Constantino creó la propia escritura. Los dos misioneros fueron de importancia fundamental para el desarrollo de la erudición en esta parte de Europa.

lunes, 13 de febrero de 2017

La Catedral de Monreale (Sicilia)


La catedral de Monreale, construida por iniciativa del rey Guillermo II de Hauteville, es la última fundación real normanda de Sicilia. Rivaliza con la Capilla Palatina de Palermo y la catedral de Cefalù, tanto por sus dimensiones como por la riqueza de su ornamentación. La grandiosa catedral de Monreale constituye el mayor edificio decorado con mosaicos del Occidente medieval. La decoración combina tradición oriental y occidental: estilo bizantino en el santuario –que no obstante debe adaptarse a una arquitectura de tipo basilical– y escenas del Antiguo Testamento en las naves, según la tradición romana.



Así, en ausencia de cúpula, el Cristo Pantocrátor se sitúa en la bóveda de cuarto de esfera del ábside, la jerarquía celeste se representa en el arco que lo precede y la Teotokos aparece bajo el Todopoderoso, rodeada de la guardia solemne de los arcángeles. La ornamentación de las naves escenifica el Antiguo Testamento, según una tradición instaurada en las primeras basílicas cristianas de Roma, como San Pablo extramuros o la antigua basílica de San Pedro. En Monreale, se desarrollan los episodios del Génesis, desde la creación del mundo hasta la lucha de Jacob con el ángel.


La historiografía tradicional presenta la ornamentación de la iglesia de Monreale como la fusión de lo bizantino y lo latino. Ahora bien, la distinción no resulta tan fácil de realizar dado que en la parte de estilo «bizantino» se integran imágenes originarias de la tradición latina. Así pues, en el crucero se desarrolla el ciclo cristológico que retoma la iconografía de las doce grandes celebraciones litúrgicas bizantinas o Dodékaorton. Ahora bien, el programa se amplifica y algunas escenas parecen inspirarse de la cultura anglonormanda, como por ejemplo, la parte dedicada a los Peregrinos de Emaús en cuatro paneles que no posee antecedentes en la iconografía bizantina tradicional. E. Kitzinger vincula estas imágenes con una de las obras maestras de la miniatura inglesa de la primera mitad del siglo XII, el Libro de los salmos de San Albán, que trata del drama Peregrinus, una de las representaciones teatrales sagradas de temas bíblicos de moda en aquélla época.


Asimismo, el programa hagiográfico –que incluye a 174 santos– revela una voluntad particular de fusión de los dos componentes oriental y occidental. En un mismo espacio, se observan efigies de los Doctores de las Iglesias griega y latina (Juan Crisostomo, Gregorio Nacianceno, Agustín y Ambrosio), de los santos anargiros y santos militares bizantinos (Pantaleón, Hermolao, Juan, Ciro, Demetrio, Teodoro, Mercurio), santos de Italia meridional (Germán de Capua, Sabino de Canosa, Catalde de Tarento), santos sicilianos (Marciano de Siracusa, Ágata de Catania, Gerland de Agrigente), santos anglonormandos (Thomas Becket de Canterbury, Hilario de Poitiers, Radegunda), e incluso santos germánicos (Bonifacio de Mayence, Severino de Norique, Otilia de Alsacia). Las elecciones hagiográficas revelan las grandes orientaciones políticas del soberano normando Guillermo II: su fascinación por el imperio bizantino y su voluntad de rivalizar con el basileus, sus alianzas con la dinastía Plantagenet y con el imperio germánico, y su enraizamiento en las tradiciones locales del Mezzogiorno. Así pues, el arte de Monreale refleja su lugar no sólo en el «corazón del Mediterráneo» sino asimismo en el «el corazón de la Europa medieval».

viernes, 10 de febrero de 2017

Abadía de Montecasino

Montecasino no sólo guarda las venerables reliquias de san Benito, sino también la de su hermana santa Escolástica, cuya fiesta hoy celebramos. Por eso, visitamos hoy este lugar santo, a través del siguiente montaje fotográfico.

jueves, 9 de febrero de 2017

Monasterio de Altomünster

En la fiesta de san Alto, viajamos a su monasterio en Altomünster, uno de los más antiguos de Baviera, en el que se vive una triste historia. Perteneciente desde el siglo XIV a la Orden de Santa Brígida, a causa de la escasez de vocaciones, ha llegado a la situación de que solo quedaba una monja, la hermana apolonia. El pasado año, la Santa Sede decidió el cierre del Monasterio, pero allí ha quedado la única superviviente. El reportaje de la televisión de Baviera nos cuneta sus testimonio. Se titula: La monja rebelde

lunes, 6 de febrero de 2017

Cristianismo en Japón


Celebramos hoy la memoria del martirio de san Pablo Miki y sus compañeros mártires. Por eso, vamos a conocer la historia del Cristianismo en el Japón. En 1542 los navegantes portugueses encuentran una vía hacia las islas del Japón. Portugal, de inmediato, se interesan por los ricos productos del país. La Iglesia también se hace presente. San Francisco Javier, con dos compañeros jesuitas, navega en 1549 a la ciudad de Kagoxima, en la isla de Kyushu. En dos años establece cinco cristiandades con un grupo de dos mil personas.

Japón es, desde un comienzo, un campo de trabajo muy querido de los jesuitas. Durante 40 años, la Compañía de Jesús realiza sola el trabajo misional. En 1579 el P. Alejandro Valignano S.J., visitador de las misiones de Oriente, se impresiona de la profunda fe de los japoneses. En las islas hay 54 jesuitas y 150.000 cristianos. Cuando San Francisco Javier llega al Japón constata que un cambio político está a las puertas. El régimen central de gobierno es débil. El emperador se sostiene gracias al shogún, o jefe militar. Los daimyos, o señores feudales, son los importantes, pero pueden ser dominados. Con dificultades, la Iglesia avanza. Algunos daimyos se apoyan en los intereses comerciales de Portugal. Otros oponen resistencia, por su historia, cultura y religión tradicional.

Poco a poco, el cristianismo pone un pie firme en la isla de Kyushu y en el Japón central. Las conversiones de los daimyos Omura Sumitada, Otomo Sorin, Takayama Kami y su hijo Takayama Ukon favorecen el trabajo misional. En 1582 hay una revolución. El shogún Toyotomi Hideyoshi se apodera del gobierno imperial y se declara tutor del heredero. En un comienzo Hideyoshi se manifiesta bien inclinado respecto al cristianismo. La paz llega sometiendo a los daimyos.

En 1587 Toyotomi Hideyoshi cambia repentinamente su actitud. Prohibe la predicación de la fe cristiana y dispone la expulsión de los misioneros. Parece ver en el influjo creciente del cristianismo un impedimento a sus pretensiones de poder total. En 1593 Hideyoshi cambia su nombre por el de Taicosama o “supremo señor”. En el mes de junio de 1593 recibe a un grupo de franciscanos, de las islas Filipinas. Vienen con el título de embajadores. Taicosama acepta sus cartas credenciales, pues el comercio con los españoles es un buen acicate. Los recién llegados se establecen en Osaka. Abren hospitales entre los leprosos y los pobres.

Una guerra con Corea, unida a catástrofes naturales aumenta la tensión de las autoridades.Taicosama dicta entonces un nuevo decreto de persecución. Más duro que el de 1587. Exige el destierro de todos los misioneros extranjeros, bajo pena de muerte. En virtud de este segundo decreto Taicosama condena a 6 franciscanos y a 15 japoneses que les colaboran, a la muerte de cruz. En los registros de la Residencia jesuita de Osaka detienen a tres japoneses de la Compañía de Jesús. Los inscriben en la lista de condenados. También incluyen a otros dos japoneses, en el camino a Nagasaki. Así el 5 de febrero de 1597 mueren en total 26 mártires. Pero después, Taicosama suaviza el edicto. La misión continúa, sin mayores tropiezos, hasta 1614. Ese año, el shogún sucesor, Ieyasu Daifusama, decide la extinción de la fe. En esta segunda persecución padecen el martirio numerosos misioneros y millares de cristianos japoneses. El ingreso de nuevos misioneros queda prohibido. La vida de la Iglesia comienza entonces a declinar.

domingo, 5 de febrero de 2017

La Catedral de Catania

Busto de Santa Águeda - Catedral de Catania

Al recordar hoy a santa Águeda, la santa de Catania, vamos a conocer la Catedral en la que son veneradas sus reliquias. Esta iglesia ha sido destruida y reconstruida varias veces debido terremotos y las erupciones del cercano volcán Etna. Fue construida originalmente en 1078-1093, sobre las ruinas de los antiguos baños termales romanos, por orden de Roger I de Sicilia, que había conquistado la ciudad desde el emirato islámico de Sicilia. En el momento en que tenía la apariencia de una iglesia fortificada (ecclesia Munita). La torre del campanario, es obra de Carmelo Sciuto Patti.


En 1169 fue casi totalmente destruida por un terremoto, dejando sólo la zona del ábside intacta. El daño adicional fue introducida por un incendio en ese mismo año, pero el evento más catastrófico fue el terremoto de 1693, que a su vez lo dejó todo en ruinas. Fue reconstruida posteriormente en estilo barroco.


Hoy en día, los rastros del original edificio normando son parte del crucero, las dos torres y los tres ábsides semicirculares, compuestas por grandes piedras de lava, la mayoría de ellos recuperados de los edificios romanos imperiales.



Tumba de Vicenzo Bellini

sábado, 4 de febrero de 2017

Fulda

Fulda es uno de los lugares centrales del catolicismo alemán. Allí vivió el gran Rabano Mauro, cuya santidad hoy celebramos. En el siguiente video, vemos imágenes de su catedal y escuchamos el magnífico tañido de sus campanas.

jueves, 2 de febrero de 2017

El Templo de Jerusalén construido por Herodes


El Templo de Jerusalén fue la máxima expresión de la fe de Israel. Allí tuvo lugar la Presentación del Señor, que hoy celebramos. En realidad, se trataba del tercer templo construido en el mismo lugar. El primero fue levantado por Salomón, hijo de David. Fue destruido el año 586 antes de Cristo por el rey de Babilonia Nabucodonosor. Setenta años después, Zorobabel levantó el segundo templo, más modesto que el anterior, que duró hasta pocos años antes de Cristo.

Herodes emprendió la restauración del Templo en su esplendor original y con sus disposiciones tradicionales. Los edificios se demolieron uno tras otro conforme estaban disponibles los materiales para las nuevas estructuras. Una multitud de sacerdotes se convirtió en albañiles y carpinteros y tomó a su cargo el derribo y reconstrucción del santuario, tarea que fue llevada a cabo en dieciocho meses. Casi 10.000 trabajadores fueron empleados en los otros edificios. Tras ocho años de trabajo (10 antes de Cristo) el nuevo edificio se abrió al culto. Pero este monumento, que rivalizaba en sus vastas proporciones y magnificencia con las más bellos construcciones de la antigüedad y que sobrepasaba mucho incluso al de Salomón, sólo se acabó en el 62 o 64 después de Cristo, estando en esa época aún empleados 18.000 trabajadores.


Herodes duplicó la plataforma artificial que tenía el Templo de Zorobabel, ampliando los recintos sagrados hacia el sur y especialmente hacia el norte donde las galerías llegaban hasta la roca de Baris y la Antonia. El Templo de Herodes constaba de dos patios, uno interior y otro exterior. El primero incluía todos los edificios del Templo propiamente dicho y se dividía en: El Patio de los Sacerdotes, que contenía la casa de Dios y el altar de los holocaustos; el Patio de Israel; y el Patio de las Mujeres. Todo el espacio entre el patio interior y el muro exterior de la plataforma se llamaba Patio de los Gentiles, porque se permitía entrar en él a los no-judíos.

Este Templo fue destruido por los romanos el año 70 después de Cristo. En la actualidad, sobre la explanada de lo que fuera el Templo, se levanta una de las mezquinas más sagradas de los musulmanes.

miércoles, 1 de febrero de 2017

La Colegiata de Toro


La inspiración de esta la Colegiata de Toro se halla en la Catedral de Zamora, que también influyó en el diseño de otras construcciones, como es el caso de la catedral Vieja de Salamanca. Comenzó a construirse en el siglo XII, siendo una de las construcciones más características del románico en su fase de transición. El cimborrio de esta colegiata se enmarca dentro de un grupo conocido como grupo de cimborrios leoneses formado, además, por los de las catedrales de Zamora, Plasencia y Vieja de Salamanca.


Las obras se extendieron más de lo normal en el tiempo, ya que fueron llevadas a cabo entre el último tercio del siglo XII y mediados del XIII. Esto indica que fuera construida en dos etapas: la primera, en la que se realizaron las portadas laterales, los muros y las trazas; y la segunda, en la que se lleva a cabo la cubierta y un cimborrio con torres adosadas.


El primer maestro que trabajó en su construcción utilizó la piedra caliza para levantar el edificio, utilizando técnicas muy vanguardistas para la época. Sin embargo, el segundo maestro utilizó elementos más antiguos estilísticamente hablando y utilizó la piedra arenisca en tonalidades rojizas como material base.